Con rumbo nor-oeste recorrimos gran parte por la costa del Pacífico, hermoso camino de cornisa, con arrozales en los escasos valles verdes, junto al mar, pero muy cansador para el manejo. Miles de curvas y precipicios intimidantes no permiten superar un promedio de 60 km/h. A veces nos sentíamos colgados en la pared, con una impresionante y casi vertical duna a nuestra derecha y un precipicio de 500 metros a nuestra izquierda, cayendo a los acantilados del mar. Un poco cansados, pero felices llegamos a la misterioso Nazca.
domingo, 6 de enero de 2008
Taxi para Nazca
Con rumbo nor-oeste recorrimos gran parte por la costa del Pacífico, hermoso camino de cornisa, con arrozales en los escasos valles verdes, junto al mar, pero muy cansador para el manejo. Miles de curvas y precipicios intimidantes no permiten superar un promedio de 60 km/h. A veces nos sentíamos colgados en la pared, con una impresionante y casi vertical duna a nuestra derecha y un precipicio de 500 metros a nuestra izquierda, cayendo a los acantilados del mar. Un poco cansados, pero felices llegamos a la misterioso Nazca.
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