Acompañados por un viento impresionante, retomamos la RN 40, pasamos por el histórico Hotel de “La Leona” y luego bifurcamos al noroeste hacia El Chaltén. Pensar que cerca de la Cordillera iba a amainar el viento resultó ser muy equivocado, pues en el pueblo, situado al final de los cañadones de los ríos Fitz Roy y De las Vueltas, la violencia del viento era tal que costaba mantenerse derecho en pié. La gente caminaba en zigzag y todos parecían medio borrachos.
sábado, 1 de diciembre de 2007
Vientos patagónicos
Acompañados por un viento impresionante, retomamos la RN 40, pasamos por el histórico Hotel de “La Leona” y luego bifurcamos al noroeste hacia El Chaltén. Pensar que cerca de la Cordillera iba a amainar el viento resultó ser muy equivocado, pues en el pueblo, situado al final de los cañadones de los ríos Fitz Roy y De las Vueltas, la violencia del viento era tal que costaba mantenerse derecho en pié. La gente caminaba en zigzag y todos parecían medio borrachos.
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