En un día frío, con lluvia y viento viajamos al Parque Nacional de las Torres de Paine. Por fortuna, a la mañana siguiente se despejó el cielo y pudimos admirar la extraordinaria belleza de estas montañas. Con un enorme entusiasmo sacamos las fotos de todos los ángulos. La verdad, que uno después no sabe con qué foto quedarse. Así que las que están aquí son solo algunas muestras de esta maravilla. Viajar hasta aquí y poder ver semejante hermosura de la naturaleza fue un verdadero regalo de Dios.
1 comentario:
La verdad que no tenía ni la menor idea de lo que era "el Parque Torres del Paine".
Ahora que sé de que se trata, me parece fantástico haber tenido la suerte de conocer un lugar así. No dejan de ser montañas, pero son montañas diferentes, en un sitio especial por sus espejos de agua y su vegetación.
Fué bárbaro !!!
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