Al secarse el Río Deseado, hace algunos millones de años por el retroceso de los glaciares, el mar invadió el lecho del río con agua salada, penetrando unos 40 km. tierra adentro, convirtiéndose en Ría. En sus costas coloradas anida hoy una gran variedad de aves. En sus aguas también se encuentran mamíferos marítimos como toninas y lobos.
Salimos por la mañana con Javier en su gomón a dar un paseo par la Ría. El día se presentó muy frío, con 8 grados y algunas lluvias, pero en seguido el panorama nos entusiasmó, ya que a los pocos minutos unos delfines nos acompañaron, jugando al gato y al ratón con nuestras cámaras, pues era casi imposible tomarles una foto. Saltaron siempre en el lugar menos pensado y solo por una fracción de segundos. Proseguimos el viaje para deleitarnos con la rica variedad de aves marítimas, tales como el cormorán gris - por favor observar sus ojos - (solo presente aquí y en San Julián), el cormorán imperial de cuello negro, los gaviotines sudamericanos con pico rojo, el pato vapor no volador, la gaviota austral, la gaviota cocinera, el ostrero negro y unos cuantos mas que ni nos acordamos los nombres. Como postre de la excursión, Javier nos llevó a una lobería en una isla donde los pudimos apreciar a una distancia de menos de 5 metros. En suma, luego de Bahía Bustamante, se nos presentó otro paraíso de fauna marítima.
A la vuelta, muertos de frío pero muy contentos nos reconfortamos con una cazuela de mariscos como pocas veces hemos disfrutado. Por la tarde, aún con lluvia, nos aventuramos en un camino de ripio y arcilla a Cabo Blanco, a 95 Km. de Puerto Deseado. Lamentablemente no pudimos llegar, pues faltando unos 12 km. El barro arcilloso era tan resbaladizo que la camioneta miraba mas del costado que para el frente. Para colmo nos topamos con un camión cruzado y encajado en el camino, así que no nos quedó otra que dar vuelta, no sin mucha dificultad, y volver a nuestra cabaña calefaccionada en Puerto Deseado.
Salimos por la mañana con Javier en su gomón a dar un paseo par la Ría. El día se presentó muy frío, con 8 grados y algunas lluvias, pero en seguido el panorama nos entusiasmó, ya que a los pocos minutos unos delfines nos acompañaron, jugando al gato y al ratón con nuestras cámaras, pues era casi imposible tomarles una foto. Saltaron siempre en el lugar menos pensado y solo por una fracción de segundos. Proseguimos el viaje para deleitarnos con la rica variedad de aves marítimas, tales como el cormorán gris - por favor observar sus ojos - (solo presente aquí y en San Julián), el cormorán imperial de cuello negro, los gaviotines sudamericanos con pico rojo, el pato vapor no volador, la gaviota austral, la gaviota cocinera, el ostrero negro y unos cuantos mas que ni nos acordamos los nombres. Como postre de la excursión, Javier nos llevó a una lobería en una isla donde los pudimos apreciar a una distancia de menos de 5 metros. En suma, luego de Bahía Bustamante, se nos presentó otro paraíso de fauna marítima.
A la vuelta, muertos de frío pero muy contentos nos reconfortamos con una cazuela de mariscos como pocas veces hemos disfrutado. Por la tarde, aún con lluvia, nos aventuramos en un camino de ripio y arcilla a Cabo Blanco, a 95 Km. de Puerto Deseado. Lamentablemente no pudimos llegar, pues faltando unos 12 km. El barro arcilloso era tan resbaladizo que la camioneta miraba mas del costado que para el frente. Para colmo nos topamos con un camión cruzado y encajado en el camino, así que no nos quedó otra que dar vuelta, no sin mucha dificultad, y volver a nuestra cabaña calefaccionada en Puerto Deseado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario