Continuando la ruta panamericana, bordeada de una selva impresionante, nos metimos en el interior de Costa Rica. En el camino, visitamos una plantación de ananaes, viendo como cosechan esta deliciosa fruta que pudimos saborear al lado de la planta, gracias al gentil encargado que nos “peló” uno con un machete corto, con admirable habilidad. La verdad que fue un manjar.
Cerca de San Isidro de El General, en el valle central, nos bifurcamos hasta la alejada Reserva de Aves Neotropicales Los Cusingos. Con nuestro guía Andrés seguimos bajo una intensa lluvia un sendero por la selva. El tiempo lamentablemente no permitió avistar muchas aves, ni que hablar de poder fotografiarlas, pero disfrutamos de la exuberante vegetación y de sus flores.
1 comentario:
En éste capítulo, las fotos hablan casi más que el texto. Sí, es fácil darse cuenta de la exuberancia de ésa selva y de las lindas y exóticas flores. Además, probar un ananá al pie del árbol debe ser el sumum del sabor !!
Lo de dormir en la cabaña de la Reserva, y con intensa lluvia y perfume salvaje, no creo que hubiera sido del gusto de Cuqui. Ella disfrutaría mucho más de un buen olor (seudo perfume) a "SHOPPING CENTER" y "SUPERMERCADO".....!!!
juajuajua
Besos
André+Cuqui
Publicar un comentario