Seguimos nuestro rumbo norte y entramos a la bahía de Ramah. Aquí habríamos de llegar al punto mas cercano al circulo ártico del viaje. El GPS del barco marcó casi 58 grados de latitud norte, lo que corresponde a la punta sur de Groenlandia. Hicimos una excursión a tierra pues aquí también había algunos pocos vestigios de la presencia moravita.
Pero ni bien bajamos a la playa, pudimos observar huellas frescas de lobos y osos por lo que John estuvo muy atento con su rifle en mano. No vimos ningún lobo ni oso, pero al rato corrió un caribú por la ladera, aparentemente asustado por algún otro animal. Aquí el aire es tan puro que el musgo se colorea de naranja. La presencia de varias flores en estas latitudes nos ofreció su nota de color. Por fin hizo calor, como 20 grados y los mosquitos se pusieron insoportables. Pero fue reconfortante caminar por la tierra, luego de varios días en el mar.
Pero ni bien bajamos a la playa, pudimos observar huellas frescas de lobos y osos por lo que John estuvo muy atento con su rifle en mano. No vimos ningún lobo ni oso, pero al rato corrió un caribú por la ladera, aparentemente asustado por algún otro animal. Aquí el aire es tan puro que el musgo se colorea de naranja. La presencia de varias flores en estas latitudes nos ofreció su nota de color. Por fin hizo calor, como 20 grados y los mosquitos se pusieron insoportables. Pero fue reconfortante caminar por la tierra, luego de varios días en el mar.
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